La crítica cinematográfica en Bolivia, durante la década del noventa, retrocedió treinta años en su evolución y retomó el carácter de reseña que había antecedido a las décadas del setenta y el ochenta. Los periodistas culturales ocuparon los espacios dedicados a la crítica, haciendo de este oficio un simple ejercicio informativo que, por consiguiente, perdió su característica de análisis crítico.
Durante los 90´s se vivió la gran decadencia de los suplementos culturales especializados, el caso emblemático es la desaparición del matutino católico Presencia de circulación nacional, que dejó huérfanos de referencias en tanto secciones específicas dedicadas al qué hacer cultural, a las generaciones venideras. Situaciones como esta crearon el vacío propicio para la dispersión de los trabajos de crítica cinematográfica. Las columnas firmadas por críticos especializados comenzaron a ser cada vez más escasas y menos importantes para las oficinas de redacción en la prensa escrita.
La prensa especializada quedó relegada y tuvo que acomodarse a las condiciones del momento para sobrevivir. Esto quiere decir que, si a finales de los setenta en La Paz habían más de diez críticos activos, a mediados de los noventa el gran sobreviviente tenía nombre y apellido: Pedro Susz. Los medios de comunicación fueron transformándose en espacios destinados a la cuestión política, que ocupa más del 70 por ciento del contenido total de cualquier periódico del país. Los espacios de difusión cultural fueron perdiendo su impacto, y el cine se sumió en la gran crisis universal de la función de la sala de exhibición como tal.
La piratería, primero de VHS´s y posteriormente de DVD´s, junto a la aparición de la televisión por cable, determinaron los nuevos rumbos de la crítica cinematográfica en Bolivia, que se enfrentó a la posibilidad de su desaparición. Se trata, en este sentido, de que lo importante ya no era el visionado del cine, sino todo aquello que circundaba la acción de ir a ver una película, lo trascendental se centraba en una crónica más parecida a una sección de sociales o a una simple publicidad, que buscaba acomodar de mejor manera el producto en el mercado.
Los editores suplantaron el espacio de la crítica por algo más cómodo, se trataba de resumir el film y presentar una sinopsis. Así por ejemplo, el programa de televisión dedicado al cine con más años de antigüedad (Cine Mundo), se limita a mostrar los trailers y los videos publicitarios de las nuevas producciones, que por lo general vienen desde Hollywood. La crítica cinematográfica, en la etapa neoliberal, fue prácticamente eliminada del mapa, así fue que, la figura del crítico y sus funciones fueron desapareciendo.
Muchos periodistas culturales incursionaron en la reseña cinematográfica, aunque esto no representó una continuidad en sus carreras que nos permita distinguir nuevos nombres, que por su aporte puedan ser considerados críticos como tal. Antes que nada, esto responde a las deficiencias que existen para poder aproximarse a un discurso estético de la imagen, en un ligero repaso a lo publicado entre 1989 y 1999 no se encuentra una característica que represente un análisis concreto de la obra en sí, sino más bien, las reseñas se agudizan ante lo técnico, se trata de una época en la que los efectos especiales alcanzaron una madurez nunca antes vista y eso si es algo que parece interesar a quienes escribían sobre cine por encima de cualquier otro aporte de un film.
1 comentario:
Buenos días,
El equipo de Comunicaciones del 4º Festival Internacional de Cine Sinfronteras, está interesado en enviarle información acerca del mismo y para ello nos gustaría obtener los siguientes datos:
Nombre y apellido
Cargo
Teléfono
Ciudad
Dirección física
Correo electrónico
Sus datos los puede envíar a través del correo: comunicaciones@festivalsinfronteras.com
Agradecemos su pronta respuesta.
4º Festival Internacional de Cine Sinfronteras del 22 de Julio al 2 de Agosto de 2010
Cristina Quintero B.
Publicar un comentario