lunes, 21 de junio de 2010

50 años de Psicosis de Alfred Hitchcock



El 16 de junio de 1960 se estrenó en Nueva York una de las películas que causaría mayor impacto en la historia del cine: Psicosis de Alfred Hitchcock. Basada en la novela del mismo nombre de Robert Bloch (que algunos años más tarde escribiría la segunda parte), el film cuenta la historia de Marion Crane, una joven que huye de la ciudad después de haber robado 40.000 dólares. Ella llega al Motel Bates, donde Norman, un hombre traumatizado por la muerte de su madre, enloquece y se convierte en un asesino, personificando a su difunta madre.

Protagonizada por Janet Leigh y Anthony Perkins, la película tiene una serie de momentos inolvidables: los créditos de Saul Bass, quien también diseñó el story board, la primera escena de amor en la cama (que es, nada casualmente, la que abre la cinta), una extraña conversación sobre taxidermia entre los protagonistas, la escena del asesinato de Marion Crane en la ducha, a mitad de la película, la inquietante música compuesta por Bernard Herrmann, que, según el mismisimo maestro del suspenso, representaba el 33% de la película.

Además de inspirar innumerables escenas, historias y películas enteras, la película fue también un negocio redondo. Para ahorrar tiempo y dinero durante el rodaje de Psicosis, Hitchcock utilizó el equipo técnico de su show televisivo Hitchcock presenta. El resultado: una producción que costó alrededor de $850.000 dólares y que en 30 días de proyección recaudó más de $40 millones de dólares.

Psicosis representó, incluso para el mismo elenco, un misterio. Los actores y demás miembros del equipo juraron no revelar nada acerca del rodaje bajo pena de perder su trabajo. Incluso la parte final del guión fue resguardada personalmente por el cineasta hasta el día de la filmación. Para crear expectativa, Hitchcock declaró a la prensa que Helen Hayes había sido contratada para interpretar a la madre de Bates. Publicitó el casting para el papel y hasta mandó colocar una silla en el set con el nombre de "Señora Bates".


Ahora, los invitamos a acompañarnos en un breve recorrido fotográfico por las huellas de esta inborrable película.


La escena de la ducha: ¿era Janet Leigh?


La escena más recordada de la película es el centro de numerosas especulaciones. La primera es que Janet Leigh sólo hizo algunos acercamientos en la ducha y que en las demás tomas la sustituyó una stripper de nombre Marli Renfro, a quien por cierto pagaron la módica cantidad de $500 dólares por su trabajo. Este mito ha sido negado directamente por la misma Leigh quien dijo que en la única parte en la que no quiso decidió aparecer es cuando Norman Bates envuelve el cuerpo desnudo de Marion Crane con la cortina de baño.

Otro mito popular es que para que los gritos de Leigh en la ducha fuera realista, Hitchcock utilizó agua helada sin avisarle a la actriz, cosa que ambos negaron en numerosas ocasiones pero conociendo la tendencia bromista del realizador podría ser cierto. También se rumoraba que al filmar la secuencia, la orden de Hitchcock a Leigh era "Sólo párate ahi y báñate", sin que ella supiera lo que en realidad ocurriría a continuación, obteniendo así una reacción más realista, cosa que tampoco fue cierta.



Para los efectos especiales de esta secuencia, hubo mucha improvisación, por ejemplo se usó jarabe de chocolate como sangre falsa (tiene la consistencia y densidad semejante a la de la sangre real y fotografía mejor) y una sandía para crear los sonidos del cuchillo clavándose en la carne de Marion.



Norman...

Estigmatizado por el papel de Norman Bates, Anthony Perkins continúo su filmografía marcado por las características psicológicas de su personaje. Después de Psicosis, protagonizó, entre otras, El proceso de Orson Welles y la segunda parte de Psicosis dirigida por Richard Flankyn en 1982. Cuatro años más tarde, él mismo se encargaría de dirigir Psicosis III.


- Marion: ¿No tiene usted amigos?
- Norman: El mejor amigo para un muchacho es su madre. ¿ Usted no ha tenido un momento vacío en toda su vida?
- Marion: Como todo el mundo.
- Norman: ¿Y adónde va? si puedo saberlo
- Marion: Busco una isla perdida.
- Norman: Pero ¿de qué huye usted?.
- Marion: ¿Supone que huye de algo?
- Norman: Además intentar huir de algo es inútil. La lluvia no ha durado mucho. ¿Sabe lo que pienso? Que todos tenemos algún problema y que muy pocos pueden librarse de ellos. Por más cosas que intentemos no es posible, el problema existe siempre.
- Marion: A veces somos nosotros mismos quienes lo creamos.
- Norman: Yo nací con el mío. Y ahora no me importa.
- Marion: Pues creo que ha de importarle.
- Norman: Y en realidad me importa aunque lo niegue.
- Marion: ¿Sabe? Si alguna vez alguien me hablara de la forma en que antes le hablaba ella a usted...
- Norman: Muchas veces cuando me habla de ese modo siento unos deseos enormes de enfrentarme con ella o marcharme. Abandonarla para siempre. Pero está enferma ¿Entiende?
- Marion: No saqué esa impresión.
- Norman: Enferma, no débil. Desde que murió mi padre tuvo que preocuparse de todo. Yo era muy pequeño. Creo que no tenía necesidad de trabajar tanto. Él le dejó algún dinero. Además, hace unos años mi madre trabó amistad con un .hombre que la convenció para construir esto y cuando el hombre murió sufrió un shock nervioso porque tuvo una muerte... No creo que sea apropiado contárselo mientras está comiendo...Ella lo consideró una gran pérdida. Ya nada le quedaba.
- Marion: Excepto usted.
- Norman: Un hijo y un marido son algo muy diferente.
- Marion: ¿Por qué no se marcha de aquí?
- Norman: ¿A una isla perdida como usted?
- Marion: No, no como yo.
- Norman: ¿Y dejarla sola? Nunca lo haré ¿Quién cuidaría de ella? El fuego se le acabaría. El frío y la humedad harían de aquello una tumba. Me faltaría valor para hacerle eso aún odiándola. Y no la odio. Se lo aseguro. Lo que odio es su enfermedad. Lo que es ahora.


Psicosis más allá de Psicosis



El 2008, la revista Vanity Fair dedicó su número de febrero a un homenaje a las películas de Alfred Hitchcock, que recrea algunas de las escenas más famosas, protagonizadas por las estrellas del cine de Hollywood actualmente.

Una sorprendente galería que incluye a Scarlett Johansson y Javier Bardem convertidos en Grace Kelly y James Stewart en La ventana Indiscreta, Jodie Foster emulando a Tippi Hedren en Los Pajaros, Naomi Watts como Marnie, la ladrona, Renée Zellweger como la Novak en Vertigo y Marion Cotillard acuchillada en la ducha de Psicosis.





En 1998, el cineasta norteamericano Gus Van Sant se arriesgo en una tarea casi imposible: el remake de la célebre Psicosis de Alfred Hitchcock. La intención del director fue reproducir, escena por escena, la historia de la cinta de 1960, con un elenco protagónico conformado por Anne Heche y Vince Vaugh.



En 1982, apareció la segunda parte de Psicosis. La película no fue dirigida por Hitchcock pero sí contó con la participación del mismisimo Anthony Perkins. En esta secuela, Norman Bates, después de pasar 22 años confinado en una institución para enfermos mentales, es declarado sano y liberado a pesar de las protestas de Lila Loomis, hermana de Marion Crane, una de las víctimas de Bates.



Al parecer, Anthony Perkins nunca pudo olvidarse de Norman Bates. En 1986 dirigió la tercera parte de la historia, en la que el Motel Bates vuelve a estar abierto al público y la señora Spool, la mujer que se hacía pasar por la madre de Norman, ha desaparecido.


Fuentes: Blog de Cine, Taringa, Hoy Cinema, El criticón.

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