Cine con Cristal: Creemos que una de las tensiones que se trabajan en La chirola tiene que ver con el diálogo y el choque entre el peso de la historia y el de ciertos elementos como la fotografía. ¿Cómo trabajaste estos aspectos en la película? ¿Funcionan en correspondencia o se oponen?
Diego Mondaca: Sin duda hay un cuidado estético importante en La Chirola que es el resultado de una buena comunicación entre todo el equipo. El aporte de cada uno de los que construimos el filme ha hecho posible esto. Pero todo lo tratamos de llevar hacia un enriquecimiento de la historia y el juego que intentamos plantear. El uso de blanco y negro no solamente representa una idea estética, sino que alimenta el imaginario tanto del espectador como del personaje. El filme se construye en dos tiempos fundamentales: pasado y presente, además de dos locaciones claramente identificables: su casa (dentro), que representa su tiempo en la cárcel y el pasado por consecuencia; y los exteriores, que son planos abiertos y generales que buscan representar la ilusión y el futuro de una proyección sonada de libertad. Entonces, me animaría a decir que se logra una armonía estética y narrativa.
El blanco y negro, por ejemplo, fue escogido porque representa también extremos. O es negro o es blanco. Es como la vida de los internos, donde sus posibilidades de escoger la opción mas correcta se ve bastante más reducida por su misma reclusión, además del estado psicológico y emocional que experimentan.
Cine con Cristal: Los caminos del documental de alguna manera han sido poco explorados y los públicos para éste género en el cine no han logado consolidarse...
Diego Mondaca: La chirola es un documental que ha sido ganador de numerosos premios en el exterior como documental, pera a su vez es un trabajo que bordea la ficción por cómo se construye la puesta en escena.
Cine con Cristal: ¿Dónde está el límite de un trabajo documental y una ficción en tu propuesta?
Diego Mondaca: Pienso que el límite es bastante ambiguo. Ambos, tanto ficción como documental son audiovisual, ambos manejan un mismo lenguaje, además de tener una misma intención general: contar historias. Ambos pueden jugar con las herramientas del lenguaje. Personalmente pienso que la única diferencia, si la hay, está en el plano ético. En documental uno generalmente trabaja con personas reales, que no son actores. Eso demanda una mayor comunicación, mayor entrega y un cuidado ético hacia la otra persona, hacia tus protagonistas. En ficción no, ahí vos trabajas con actores, a los que puedes transformar en tiranos o ángeles a tu antojo. El documental demanda una fuerte base ética y sentido común para que pueda ser una obra considerable e importante.
Cine con Cristal: Las ambiguas fronteras entre documental y ficción se enriquecen en una escena en particular: cuando Pedro recrea las llamadas por teléfono desde la cárcel. ¿Cómo trabajaste esta escena que más que relato es simulación, recreación?
Diego Mondaca: Esta es una escena que salió por la espontaneidad de Pedro. En esos 3 minutos de plano secuencia se puede sentir el verdadero drama que representa la espera, fundamentalmente para un privado de libertad. Además de una denuncia, en 3 minutos, de la corrupción e incompetencias de los legisladores, abogados. Es un plano secuencia, a mi entender, con mucha carga emotiva que difícilmente puede lograr la mejor de las ficciones. Esto fundamentalmente porque ese relato de Pedro nace de la propia experiencia, se puede sentir ese dolor y esa rabia. No trato de denunciar las fronteras entre ficción y documental. Más bien no me preocupo de ellas. Lo único que trato es poder utilizar, junto con el equipo que trabajo, todas las herramientas narrativas propias del audiovisual para poder contar de la manera más creativa una historia.
Cine con Cristal: Constantemente hablas del equipo que hizo posible La chirola, ahí encontramos personas de distintos lugares de Latinoamérica ¿Qué significa para ti cuestionar de alguna manera una realidad de injusticias que no sabe de fronteras en nuestro continente?
Diego Mondaca: Hay algo muy claro: yo no soy el único que hizo este filme. Esto lo digo en varios aspectos. Primero, porque este trabajo representaba la tesis de grado de cada uno de nosotros, entonces yo, como director del proyecto tenía que tener la suficiente madurez como para entender eso. Que mis compañeros y amigos que participan en el filme tenían y tienen el mismo derecho de expresarse creativamente en la misma medida que yo lo pretendía hacer. Ese fue el nivel de diálogo que teníamos. Les plantee este filme como una composición conjunta, digamos co-autoral. Era una exigencia mayor para mí por que tenía que transmitirles fielmente mis intensiones, mi idea y mis pretensiones, de modo que ellos puedan primero entenderme y después sentirse identificados hasta el punto de aportar creativamente. El secreto es la comunicación honesta con los que no son sólo tu equipo de filmación, sino son tus amigos y colegas. En ese sentido funcionamos como grupo. Era un trabajo hermoso. Recuerdo que antes de ir a filmar a Bolivia, le presté un libro al montajista: El sentido de la vida (Viktor Franckl), y le dije: “lee esto que nos va ha servir para editar lo que estoy pensando hacer”. No le dije más. Con el fotógrafo, el sonidista y la asistente de dirección primero paseamos la ciudad de La Paz y sus alrededores. Tenían que, digamos, medir el pulso de una ciudad y una sociedad que es muy diferente al resto de las que conocemos. El sonido y la luz son bastante particulares en La Paz, además del tiempo andino que tenemos. Ellos tenían que sentir eso para comenzar a entender mis ideas. Si no hubiera sido imposible. Desde ahí nace el estilo del documental. Desde ese momento nuestro abordaje hacia Pedro y la historia era desde un plano emocional antes que racional. Teníamos que sentir ese dolor, esa desesperación y esas alegrías que Pedro nos narraba para poder recrearlas con mucho cuidado en un lenguaje audiovisual. Después de rodar cada día, con la asistente de dirección editábamos pequeños fragmentos, los analizábamos y los dialogábamos para poder al día siguiente continuar. Así fuimos generando el documental y su estilo.
Cine con Cristal: ¿Por qué escoges la historia de Pedro?
Diego Mondaca: Nosotros hablamos en La Chirola de dramas humanos. Pedro representa un canal, una vía para poder entender dramas humanos. Porque él tuvo la experiencia de vivir ahí dentro como de ahora estar fuera. Es un gran ser humano que ha vivido esos límites y nos puede dar una dimensión humana y sencilla de lo que puede representar la pérdida de libertad, una pérdida de sentido de la vida. Creo que la lectura de La Chirola puede tener muchos niveles. Por ejemplo, todos sufrimos la tortura de los precios y la realidad de que si no tienes dinero pues no comes. Que las cuentas te atacan... y la violencia..y la sociedad misma poco a poco te va acorralando hasta que te das cuenta que estas preso de un sistema de una forma de vida, de un esquema.
Cine con Cristal: Evidentemente la libertad es uno de los temas en los que el cine siempre ha insistido. En este sentido, la historia de Pedro es la historia de muchos ¿qué tipo de personaje se construye? ¿Pedro habla por él o por muchos más?
Diego Mondaca: Primero creamos una gran empatía con Pedro. Yo me hice muy amigo de él, principalmente porque compartimos formas de pensar, él es un gran ser humano. Cuando hice mis primeros acercamientos a Pedro vi que tenía una interpretación bastante original y honesta de su vida en la cárcel, además de un sentimiento humano hacia sus "companyeros" de la cárcel. A partir de ese punto es que comenzamos conjuntamente a hacer o elaborar una interpretación de la vida en la cárcel. Su belleza, su fealdad, su ternura y su crueldad, su infinitud y sus límites. Ahí nos damos cuenta que es un drama humano del que "nadie" puede escapar. Pedro habla por él y por muchos. Es una experiencia personal y al mismo tiempo tiene un poder universal. Pedro tiene esa capacidad, nosotros la interpretamos con la mayor honestidad y cuidados que pudimos.
Cine con Cristal: La música, compuesta por Canela Palacios, juega un rol fundamental en La chirola. Por otro lado, el cierre de la película con el sonido de una banda enriquece y complejiza más la propuesta.
Diego Mondaca: Son 27 tarkas grabadas al vivo por Ignacio López (uruguayo). El diseño sonoro (Rubén Valdez, Cuba), que es una combinación de esta música con sonido que grabamos en La Paz, componen una banda sonora que es realmente un lujo. Me alegro mucho cuando reconocen la calidad de la banda sonora porque la gente que trabajo directamente en ello es muy talentosa. La banda está grabada en vivo, es la primera banda del Gran Poder. Fuimos a grabar a las 06.00 de la mañana para poder tenerla limpia. Una de las cosas de las cosas de las que realmente me siento orgulloso es que en La Chirola absolutamente cada sonido que esta grabado es sonido directo que lo grabamos con mucho cuidado para el filme.
Cine con Cristal: ¿La idea del equipo desde un principio era mover la película por festivales? ¿Se imaginaron que la película fuera ganadora de tantos premios internacionales?
Diego Mondaca: No. En verdad, el proceso de rodaje fue muy complicado en términos logísticos. La escasez de equipos y los correteos. Lo único que queríamos era hacer un filme bueno, que nos satisfaga a nosotros como equipo, que nos sintamos orgullosos de el trabajo que hacíamos. La alegría más grande del director es cuando tu equipo está contento con el resultado, cuando al finalizar el filme aun se sienten identificados y enamorados de él.Ya después vienen las otras cosas, los premios y festivales son consecuencia de ese trabajo. Pero primero hay que acabar el filme, hacerlo bien, antes de pensar en festivales.
Cine con Cristal: Ahora, la pregunta que todos nos hacemos en Bolivia: ¿cuàndo vamos a tener la posibilidad de ver La Chirola en las salas del país?
Diego Mondaca: Mira, esa es una gran pregunta. Para nosotros, irónicamente (rayando el ridiculo) es muy complicado, acomodar una película boliviana en nuestras propias salas. Este no es un problema exclusivo de Bolivia, se lo padece en toda Latinoamérica. Yo espero que a mi llegada a Bolivia podamos tener por lo menos una semana de sala, ya sea en la Cinemateca o donde se pueda.
jueves, 4 de junio de 2009
La chirola de Diego Mondaca
El documental dirigido por el boliviano Diego Mondaca está dando la vuelta al mundo. La propuesta ha ganado premios en festivales reconocidos internacionalmente como el Festival de Cine Pobre de Gibara (Cuba), el Fullframe Documentary Festival y el Festival Internacional de Documentales de Sao Paolo (Brasil). La chirola, película realizada por un equipo de jovenes latinoamericanos, cuenta la historia de Pedro, ex convicto que nos sumerge en su mundo dándonos un paseo a través de sus recuerdos de la chirola (la cárcel de San Pedro de La Paz). Las emociones, cambios, incertidumbres y traumas que se generan en una situación límite construyen su filosofía de vida y libertad. Cine con Cristal conversó con el joven director boliviano acerca de la historia de la propuesta, sus propósitos y cuestionamientos.
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1 comentario:
Muy interesante. La entrada y tu blog en general. Te sigo ;)
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