sábado, 14 de marzo de 2009

La Perfidia de Bellot

El miércoles 11 de marzo, fue el día escogido para el estreno mundial de Perfidia, filme escrito y dirigido por el director boliviano Rodrigo Bellot. Perfidia se presenta en el MIFF como una de las dos propuestas latinoamericanas que hacen parte de la Competencia Internacional.

Protagonizada por el actor chileno Gonzalo Valenzuela y de co-producción chileno- estadounidense, el largometraje llegó a las salas del Lincoln Center, donde ya había todo un público esperándola..

Mujer, si puedes tu con Dios hablar, preguntale si yo alguna vez,te he dejado deadorar..., esa melodía es lo primero que venía a mi mente cuando pensaba en Perfidia. Sin embargo,después de haber visto la obra de Bellot, son otras melodías las que vienen a mí.

Un hombre se interna en un cuarto de hotel durante una noche, en ese periodo de tiempo, el personaje se descubre, se ama, se odia, recuerda, es feliz, es triste, baila, llora. Toda la película es un testimonio de amor, de esos amores incondicionales, de esos amores que matan. Una propuesta que juega con el público, que lo reta, y que es un reto ella misma. Durante 84 minutos, un sólo personaje logra dominar el silencio y trabajarlo de tal manera, que las palabras no hicieron falta para mantener al espectador atento a cada uno de sus movimientos. La manera en la que el protagonista maneja y controla su cuerpo es exquisita y la tensión y suspenso que genera se vuelve hasta adictiva.

Al terminar la película, y en una sala llena de aplausos, Bellot se presentó para responder a las preguntas del publico. Un público sumamente interesado y curioso, que lo primero que hizo fue agradecerle por ésta muestra de buen cine y por una propuesta que supo superar sus expectativas. La gente preguntó acerca de la elección del actor, de la musicalización y felicitó a Bellot por tan grandioso trabajo. Una noche, un cuarto de hotel, un personaje, y dos minutos de dialogo. Perfidia ha sido un encuentro, de esos que no olvidas, al contrario, deseas recordarlo.

María Laura Arce

1 comentario:

Luis Bredow dijo...

Rodrigo Bellot está recibiendo una andanada de insultos a través del blog "La Mala Palabra":

http://revistalamalapalabra.blogspot.com/2009/03/del-bellot-su-lisura.html

Publiqué allí esta respuesta...


Queridos Malapalabristas:

Un poquito más de buen humor y menos indignación solemne ¡por favor!

Finalmente lo único que Bellot hace es dudar de que su película pueda gustar a todos. Él mismo dice que Perfidia es pesadinga...

Quizás hizo una película voluntariamente aburrida, como suelen hacer los artistas contemporáneos, que entran a propósito en contradicción con el gusto del público-masa (Beckett y todos los poetas crípticos).

El cine underground corresponde a nuestra época irónica, híper-autocrítica. Si quieren ver algunas películas under, híper-aburridas, pueden visitar el excelente blog http://fotogeniacine.blogspot.com/ (recomendado por "La Mala Palabra").

¿Pero, qué hay de malo en ese tipo de cine? No es necesariamente "elitista" ni "anti-boliviano", puesto que está abierto a cualquiera que acepte pasar por el aburrimiento y la perplejidad, para quizás llegar a alguna visión sobre "el-mundo-ante-el-cine-y-el-cine-ante-el-mundo".

También, cualquiera puede pasarla mejor invirtiendo veinte verdes en 14 cervezas y una corbata para hacerla flecos y hacer rabiar al Bellot. ¡Es cosa de gustos, guita y guitarra!

Cualquiera puede entrar en la onda contemporánea-under, o también, cualquiera puede burlarse de ella. PERO, en ambos casos, es mejor conservar el buen humor, ejerciendo y respetando la libertad de cualquiera de bailar con pañuelo propio.

PERO, hay que andar con re-mala lechecita para negar a cualquier artesano del cine el derecho a existir y producir, insultándolo hasta el bochorno. Finalmente, el moco y el pañuelo son de él. Si el artesano no quiere halagar el gusto masivo, allá él. Él será el que tenga menos público y gane menos plata...

Desde mi punto de vista de mi (como decía el bizco), quizás Bellot, sabiendo que su película Perfidia no va a gustar a todos, quiere seleccionar público. Así elude el riesgo de sufrir agresiones de los que se sienten insultados cada vez que algo les resulta raro, incomprensible. Hay gente así. En serio. Van al cine y se hacen dar pataleta si se aburren, como si renegado van a compensar los 15 mangos que les costó la entrada. Y como no pueden reñir a Antonioni (porque está hecho al italiano), lo riñen al cineasta de por aquícito nomás.

-"¡Es cine boliviano; es nuestro; Bellot nos debe; tiene que buscar que lo que haga nos guste a toooodoooos!", diciendo.

Quizás el artesano Bellot (que aunque es calvo, es nomás peine), quiere recuperar por lo menos alguito de sus costos y apuesta a que la gente que pague 20 dólares para ir a aburrirse, compensará ese gasto no con una pataleta, sino con el placer del esnobismo, que es, por lo menos, más pacífico (Y más lucrativo para el peine que sabe ofertar ese placer).

O quizás el Bellot, quiera ser nomás un artista comprometido sólo con la pantalla y no con la butaca. ¡Qué Perfidia contra el público de masas!

¿Por qué lo habrá hecho? ¡Qué sé yo! ¿Para qué me voy a menearme el seso buscando las motivaciones secretas del Bellot? ¿Para atribuirle un motivo bien cochinito y así poder reñirlo mejor? ¡Wacala!

Quizás la culpa de los problemas del Bellot no la tenga él sino el periodista que lo incitó a hacer propaganda para un evento under y snob a través de un medio de masas. Mala pata para el Bellot y éxito de audiencia para el periodista metecalda, que puso a uno de nuestros cineastas frente a los que aman odiar y renegar y tener razón y ser intolerantes.

Pero lo que a mí me da un poco de pena y me lleva a escribir este comentario, es la facilidad con la que un cineasta puede ser insultado por los lectores de "La Mala Palabra", una revista que leemos porque buscamos observar cómo anda el arte y la cultura...

¿Dónde quedó la tolerancia de la gente buenagente, benaonda, relajaaada?

A ver: Volveremos a revisar fríamente el crimen del Bellot. ¿Bueno?: Un sujeto (calvo, quizás un poco chinchi, pero eso no debiera importar ¿no?) tiene la ocurrencia de hacer ¡a propósito! una película aburrida. Y la hace, justito después de haber logrado con La Llamita, un éxito popular, masivo, masoso, taquillero, populachero, reilón...

¡Y zaz! Aparece gente que decide darse manija para sentirse bien ofendida y poder autorizarse a negarle la ciudadanía boliviana, dar rienda suelta a su homofobia, despotricar contra los calvos, sollozar diciendo "es demasiaaado triiiiste", gruñir "me da bronca", insultarlo como a pescado podrido, como a media corrida, como a cerveza tibia...

Lo chistoso es que algunos de los más enojados la pasaron bomba en La Llamita. ¿Será que ahora quieren que el Bellot les devuelva las carcajadas? “¡Me sonsacó mis risas con engaños anti-bolivianos!”, diciendo.

¿Acaso nos vamos a sentir traicionados por el Bellot porque ya no quiere hacernos reír? Nuestro payasito de cumpleaños decidió ponerse filosófico. Bueno, ¿y qué?
No por eso lo vamos a flagelar...

POR ESO, mejor la paramos con esto de indignarnos contra un ídolo de nuestra escuálida farándula. Si no, va a resultar que para ser reconocido como soldado de la cultura boliviana, macho, bienpeinado y defensor del arte del pueblo ¡va a ser necesario sentirse víctima del monstruoso Bellot!

Si seguimos renegando, vamos a entrar en una competencia de quién se enoja más. ¡Ya hay algunos que están dispuestos a invertir unos pesitos en DiViDis para piratear la Perfidia del Bellot! ¿Será para gozar más del placer de aburrirse? ¿Bellot habrá producido una nueva película-culto? ¿Habrá ceremonias públicas para comprarla y escupirla en coro de gargajos? ¿Le sacaremos la legua cuando lo veamos por la calle? ¿Lo quemaremos en efigie?

¡Andaaa...!

... Confieso que ahora me ha entrado julepe de publicar lo que acabo de escribir. Hay tal unanimidad y tantas ganas de insultar que seguramente ganaré que me traten de narigón, tawañawi, divorciado viejoverde, falso-orureño, teatrero de quinta, cura de celuloide, indio con make-up, y muchos etcéteras que ni me imagino.

Ojalá, tenga suerte y algunos decidan que para insultarme basta ignorarme.
Ojalá que cuando se les pasen las ganas de sentir bronca, vuelvan a tratarme con la gentileza que general- e inmerecidamente recibo. Gracias a esos.

Pero, ni modo. Voy a enviar este mail. A todos nos conviene que haya tolerancia y buen humor. Hasta a los renegones, les conviene la libertad de expresión. Hasta a los periodistas metecalda. ¿No ve?

Sin embargo, haré algo para defenderme: firmaré este comentario con mi nombre. Para que no puedan insultarme diciéndome cobarde anónimo...

¡Upa! Ahí me puse solemne yo también. Perdón...

Saludo respetuosa- y cordialmente a los lectores de Malas Palabras. (A los periodistas metecalda y a los renegones, también. Pero un cachito menos).

Luis Bredow

PD. Y perdón por la extezión y la ortojrafía.


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