Tras un fin de semana lleno de buen cine y mucho sol en Miami, el lunes empezó con muchas expectativas, esperando seguir viendo lo mejor de lo mejor. El Festival nos tenía preparado para el comienzo de la semana las propuestas que hacen parte de la Competencia Internacional, categoría que se caracteriza por su diversidad y la calidad de sus propuestas.
Ésta vez, la cita era en las instalaciones del Lincoln Center, donde a las 4: 15 de la tarde empezó la proyección del filme franco libanés: Je veux voir o en su traducción al español Quiero ver. Un documental que prueba los límites de su género, y abre las puertas a un cine que enfoca y construye lo falso trabajando con lo real, tan sencillo que se vuelve confuso. Catherine Denueve en una visita a Líbano para una gala, insiste en ver antes de partir las destrucciones causadas por la guerra de Hezbollah en 2006. Se embarca en un viaje por carretera hasta Beirut acompañada por el actor libanés Rabih Mroue. El documental descubre una ciudad en ruinas, sin techos, sin caminos, sin edificios, pero lo interesante es que en ningún momento tiene un acercamiento con la gente.
Se ven los edificios rotos pero no la gente que en ellos vivía. Sin embargo, entre todas esas imágenes tan fuertes e impactantes, los diálogos en árabe y francés logran darle una suavidad y hasta cierta dulzura al documental que nos cuestionan todo de nuevo.
Terminó la película y yo seguía en mi asiento, terminaron los créditos de la película y yo seguía en mi asiento, se prendieron las luces en la sala y todos seguían en sus asientos. Así entendí que Je veux voir, es una de esas películas que aún después de horas de haberla visto sigues pensando en ella. Lo cual hizo que ameritara los votos del público a la salida del cine, hasta ahora es una de las películas más votadas en su categoría. Todavía queda mucho por ver, pero hay que estar seguros que luego de su proyección, Je veux voir, aumentó aún más la expectativa para los próximos días.
María Laura Arce
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